Los paseos entre pinos de veinte metros de altura, sin más ruido que el murmullo de sus copas y el canto de las aves, producen una sensación que hay que experimentar y que difícilmente se puede describir.
Es un importante enclave turístico, desde donde podrá hacer un completo recorrido gastronómico, histórico y cultural en pequeñas rutas, con distancias de entre 30 y 100 kms., ida y vuelta, que se pueden hacer cómodamente en el día, o saciarse de tranquilidad y naturaleza virgen haciendo paseos a pie o en bicicleta por lugares cercanos de incomparable belleza.
Desde los farallones rocosos del Parque Natural del Cañón del Río Lobos (Parque Natural) se observan buitres leonados, en Calatañazor podrá ver el castillo medieval donde “Almanzor perdió el tambor” y en la Laguna Negra sorprenderse de un lago sin fondo, cantada por Bequer y Machado.
Los bosques que nos rodean constituyen dos extremos contrapuesto: los del Sur, cercanos al parque, enebros y sabinas sobre suelo calizo con gran variedad de plantas aromáticas y medicinales; los del Norte, pinos albares y negrales que constituyen una masa vegetal que supera los límites del pueblo alejándose por las sierras de Urbión y de la Demanda, miles y miles de hectáreas de bosque por descubrir, por disfrutar.